En el marco de las reformas constitucionales de 2014 se incluyó la creación de la Fiscalía General de la República (FGR), para sustituir a la Procuraduría General de la República (PGR). En ese momento la discusión pública se centró en su autonomía constitucional, pero no se abundó sobre su diseño y funcionamiento, por lo que más allá de dicha autonomía y el cambio de nombre, no se plantean los cambios sustanciales que se requieren.
Ante la transformación, se propone como primer paso, frenar la aprobación de la Ley secundaria que crea la FGR y reformar el Artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para modificar los transitorios Decimosexto y Decimonoveno que prevén el pase automático de el/la titular y del personal de PGR a FGR. Se plantea también rediseñar el modelo de gestión de la FGR, a fin de que se modifiquen de fondo las prácticas institucionales actuales.