Cada año, cientos de miles de personas migrantes intentan atravesar México1 con el fin de llegar a Estados Unidos. En su travesía son objeto de múltiples delitos, como robo, extorsión, violación, agresiones físicas y secuestros, como ocurrió el pasado 31 de diciembre en Tamaulipas, cuando 32 personas migrantes de Honduras y Venezuela (12 mujeres, 9 hombres y 11 niñas, niños y adolescentes) fueron privadas de la libertad cuando viajaban en autobús en la carretera Matamoros-Reynosa –todos contaban con una cita de CBP One para entrar a territorio estadounidense–. Tres días más tarde fueron liberadas en un centro comercial en circunstancias poco claras.